El árbol es parte fundamental del paisaje, desde los bosques y selvas
naturales hasta el arbolado urbano que es parte de nuestra ciudad.
Entre sus infinitas virtudes se encuentran la conservación del
medioambiente y la biodiversidad, su codiciada sombra, su majestuosa
presencia como parte fundamental de la estructura y el diseño de los
jardines. El árbol es el vegetal más longevo del mundo y eso lo
convierte en un tesoro viviente, un testigo de diferentes generaciones y
sus historias.
Los países más desarrollados del mundo instituyeron
el Día del Árbol hace más de un siglo, cuando comenzaron a tomar
conciencia de la importancia de los recursos forestales para el
desarrollo de la humanidad y de su hábitat.
¿Sabías que hace más de 100 años que se celebra en nuestro país el Día del Árbol?
Todo empezó cuando, gracias a la insistencia y la vocación ecológica
del Dr. Estanislao Zeballos, el Consejo Nacional de Educación instituyó,
el 29 de agosto de 1900, la celebración del Día del Árbol.
En la Argentina de la primera época, el principal impulsor de la
actividad forestal fue Domingo Faustino Sarmiento (nuestro presidente
entre 1868 y 1874), tan apasionado en todas sus ideas que hasta en un
discurso público se refirió a los árboles, con las siguientes palabras:
"El cultivo de los árboles conviene a un país pastoril como el nuestro,
no sólo porque la arboricultura se une perfectamente a la ganadería,
sino que debe considerarse como su complemento indispensable. La Pampa
es como nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de
bordarse una nación. Es necesario escribir sobre ella... ¡Árboles!
¡Planten árboles!"
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