La historia de amor entre Marcelo, que tiene una discapacidad mental, y
Sara, que lo elige desde hace cinco años; especialistas explican las
claves de una sexualidad plena
Sara Ochoa tuvo dos matrimonios
anteriores. Hace cuatro años está casada con Marcelo Franco, que tiene
una discapacidad mental leve. "Estoy feliz con él. El secreto es ver en
Marcelo lo que tiene y no lo que le falta", dice. Una declaración de
amor, entre las palabras de ella.
Nos reciben en la humilde casa de González Catán que
comparten con dos de las nueve hijas de Sara. No parece incomodarlos
hablar de sexualidad. "Tenemos buena intimidad, hablamos mucho, yo soy
muy cariñoso, le doy muchos besitos y caricias", dice Marcelo. Su
esposa, a su lado, sonríe y asiente: "Tuve otras parejas y con él la
sexualidad es distinta, es mejor porque es tan cariñoso, no hay
actitudes frías sino puro romanticismo". Lo mira: sus ojos se achinan y
brillon. Su sonrisa es ancha.
Lo primero que se ocupan de aclarar las especialistas
consultadas para este informe es que la sexualidad atraviesa a todos los
seres humanos, desde que nacen hasta que mueren, más allá de las
capacidades físicas o mentales de cada uno.
En palabras de la psicóloga y sexóloga María Elena Villa Abrille:
"Las personas con discapacidad tienen sexualidad exactamente igual a la
de cualquiera de nosotros, no es diferente y pensarlos asexuados es
producto del desconocimiento, del tabú y los mitos que existen a nivel
cultural". Y agrega: "Viven su sexualidad como pueden manifestarla y en
general son mucho más afectuosos porque trascienden la genitalidad".
Foto: lanacion.com / lanacion.com
En su página, Villa Abrille comparte varios informes
sobre el tema. En uno de ellos, la investigadora en sexualidad Margarita
Murillo define: "La sexualidad es una energía que traen los seres
humanos desde que nacen hasta que mueren y abarca ámbitos eróticos, que
tienen que ver con el cuerpo, afectivos y espirituales. La misión de la
sexualidad no es el acto coital ni el de la reproducción, sino buscar el
vínculo y para esto necesito tocar la piel del otro de forma placentera
y plena".
Por su parte, la especialista Virginia Martínez Verdier,
en diálogo con LA NACION, coincide con sus colegas y se explaya en un
paradigma al cual adhiere: las personas discapacitadas mentales tienen
diferentes maneras de expresar la sexualidad en función de su edad
mental y no de su edad cronológica. Y aclara: "Es importante recalcar
que la edad mental va acompañada de la edad social, que dependerá de la
socialización que tenga una persona de parte de la escuela y la
familia".
El lugar de intimidad
El papel de la familia es fundamental en el avance de las
personas con discapacidad en todo sentido. En lo específico de la
sexualidad, su rol también es clave: si los padres no acompañan, las
personas discapacitadas suelen no poder establecer vínculos afectivos
duraderos ni profundos con nadie.
"Si los padres colaboran, si estimulan las visitas, que
el noviazgo siga fuera de la escuela y salen al cine o a tomar algo y
establecen un lugar donde estar íntimamente las relaciones sí prosperan,
pero muchas veces estos noviazgos son sólo dentro de la escuela",
relata Martínez Verdier. "Teníamos un caso de una parejita de
treintañeros en una escuela y él decía 'mi esposa', pero afuera nunca se
veían".
Según las especialistas esto ocurre porque muchos padres
sobreprotegen a sus hijos y, además, se niegan a aceptar que ellos
tienen necesidades afectivas eróticas, no sólo maternas y paternas.
María Elena Villa Abrille, la terapeuta de Marcelo, se
detiene en este paciente suyo para hablar de cuan feliz puede llegar a
ser una persona discapacitada si es acompañada desde siempre por su
familia y un profesional que lo ayude a ver algunas situaciones nuevas.
"El vivió siempre con su madre, que lo sobreprotegía bastante, pero en
su despertar sexual estuvo acompañado por profesionales. El mayor paso
que dio fue cuando se casó, que dejó de ser adolescente y pasó a ser un
hombre", contrasta quien sigue la vida de este paciente hasta hoy. "Pudo
enamorarse, encontrar una compañera maravillosa con la que se comunica
muy bien y logra una sexualidad placentera", concluye.
"Ver lo que el otro tiene y no lo que le falta es una
especie de llave maestra para conectar con el otro. Como reflexiona
Villa Abrille, actitudes así faltan en la sociedad, que
discapacita.porque la mirada del otro discapacita"..
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