Fuente: Diario La Barra
TORNEOS BONAERENSES, TEATRO
Cuatro hermanos se encuentran por primera vez el día
del velorio de su padre. En este marco cada uno va dando a conocer tanto su vida como la relación con su progenitor y hasta dónde esta relación influyó en su personalidad.
del velorio de su padre. En este marco cada uno va dando a conocer tanto su vida como la relación con su progenitor y hasta dónde esta relación influyó en su personalidad.
Hasta aquí el argumento de «Papá querido», una pieza
teatral de Aída Bortnik.
Luego viene la interpretación, la puesta en
escena, y para llegar a eso muchas horas de ensayo en la Casa de la
Cultura de Ramos Mejía. La intención de competir con esta propuesta en
los Torneos Bonaerenses. Pasar la primera etapa para ser los
representantes de La Matanza. Superar más adelante la instancia
regional.
La emoción de llegar a la final en Mar del Plata en medio del
clima tan particular que se vive en «La Feliz» en esa semana en que
miles y miles de jóvenes de toda la provincia la «invaden» para
participar de las competencias deportivas y culturales.
Y como frutilla
del postre la enorme alegría de regresar a Ramos con la medalla de
bronce, la primera que logra el distrito en esta disciplina después de
20 años de participación, y estrenar el 16 de diciembre la obra ante el
público local en la sala donde todo empezó.
Luca Zaidan, Sabrina López Barbieri, Valentina Bernabó
y Mariano González son los cuatro adolescentes que interpretaron en la
obra el papel de los cuatro hermanos.
Ellos son integrantes del grupo de
teatro Adán Buenosayres que dirige Mauricio Darío Lipshitz y concurren a
las clases de teatro que este profesor dicta en la Casa de la Cultura
desde hace 15 años. El nombre del grupo tiene su origen en la profunda
admiración del director, transmitida a sus alumnos, por el destacado
escritor argentino Leopoldo Marechal.
Los chicos disfrutaron mucho y vivieron de manera muy
intensa toda la experiencia de Mar del Plata. Tanto en lo que hace a su
pasión que es el teatro al tener la oportunidad de observar el trabajo
de otros grupos, muchos y muy buenos, y de escuchar los comentarios de
éstos sobre su propuesta actoral, como en lo que hace al intercambio
social que se genera durante la convivencia de una multitud de jóvenes
con expectativas y gustos muy diversos, además del clima casi de fiesta
permanente que se vive en las calles marplatenses durante la semana del
torneo.
El logro de la medalla de bronce los sorprendió, ya
que en la autoevaluación no se consideraban en el podio. Pensaban que
otros grupos habían hecho mejor las cosas. Sin embargo el jurado vio los
méritos en ellos y tal vez parte del premio se deba, además del
talento, a esa humildad, que suele escasear, de no creerse los mejores,
lo que lleva a redoblar el esfuerzo por superarse.
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