Investigadores argentinos iniciarán en las próximas semanas en Santa Fe y La Rioja pruebas de campo con una nueva plataforma de diagnóstico para la tuberculosis y el virus del papiloma humano (VPH), desarrollada y diseñada íntegramente en el país.
Se trata de un sistema que ofrece un diagnóstico más preciso y muchísimo más rápido, y puede ser utilizado en laboratorios de baja complejidad con gran seguridad para la salud del operador, ante el riesgo de contagio.
"Permite disminuir los tiempos de diagnóstico de 30 a 45 días a sólo tres horas en el caso de la tuberculosis; y obtener un diagnóstico de VPH en menos de dos horas", dijo a Télam el experto Juan Garberi, quien junto con Luis Scigliano, coordinó el equipo de investigadores argentinos que lo desarrolló.
La plataforma ya fue probada a baja escala en laboratorios moleculares privados y en semanas comenzarán las pruebas de campo en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias "Doctor Emilio Coni", de Santa Fe, y en dos hospitales de La Rioja.3
Los investigadores también trabajan con otros equipos que, con la misma plataforma, están desarrollando un método de diagnóstico de diarreas bacterianas, una de las causas principales de mortalidad infantil en la Argentina.
El grupo que dirigen Garberi y Scigliano lleva cinco años trabajando en el desarrollo de este sistema integral de diagnóstico molecular para estas graves enfermedades.
La tuberculosis es una infección bacteriana que, si bien hoy es curable y prevenible, provoca la muerte de dos millones de personas en el mundo cada año. En la Argentina, estadísticas oficiales reportan unos 12.000 nuevos casos por año.
El VPH, por su parte, se transmite por contactos sexuales y, con el tiempo, causa lesiones que pueden devenir en cánceres de cuello de útero, la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres entre 35 y 64 años.
Esta plataforma consiste en un termociclador, insumos biológicos y un sistema de procesamiento de muestra, y solo con cambiar los reactivos permite detectar una u otra enfermedad.
Estas son muestras de alta peligrosidad biológica, muy infecciosas que pueden transmitir la tuberculosis al operador. Pero este sistema preserva, ante todo, su seguridad, destacó Garberi.
Otra característica es la simplicidad y el bajo costo, lo que permite realizar el análisis en laboratorios de baja complejidad y en regiones de pocos recursos, un aspecto muy importante porque es allí donde se observa la mayor incidencia de estas enfermedades.
Una vez que se toma la muestra, se sella, se higieniza y es derivada al laboratorio. Allí, se le agregan una serie de reactivos para que, en una hora y media, se obtenga un material inactivado desde el punto de vista biológico.
O sea que no contagia ni es peligroso para el operador, explicó Garberi.
Una porción de ese material se coloca en el termociclador, que permite su amplificación genética.
Es como si fuera una fotocopiadora molecular que hace muchas copias de un pedazo del agente patógeno, comparó Garberi.
A esas copias se les incorpora una molécula fluorescente y, mediante un fluorómetro (un equipo que detecta fluorescencias), se registra una señal que se envía a una computadora. Y esa señal es traducida en un valor que indica si el caso es positivo o negativo, puntualizó.
El procedimiento muestra hasta el momento muchos menos casos de falsos diagnósticos negativos que los métodos tradicionales, dijo el experto.
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