El domingo, en muchos hogares, se pondrán junto al arbolito los tradicionales pasto y agua para los camellos de los Reyes Magos. También los zapatos de los pequeños de la casa. Tradiciones que se mantienen desde antaño en la víspera del 6 de enero.
El viaje que relatan las sagradas escrituras comenzó hace más de dos mil años pero aún hoy sigue siendo un misterio para los teólogos. Si la tradición fuera la única fuente en quien confiar, los protagonistas serían tres reyes magos que, siguiendo la estrella de Belén, viajaron a bordo de camellos, repletos de regalos para ver al niño Jesús. Pero las fuentes y las hipótesis son varias. Que no eran magos, que no eran tres y que ni siquiera eran de la realeza.
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar…
Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad y representantes de las tres edades del hombre.
De todos modos, los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar, llegarán en la madrugada del 6 de enero con regalos para los chicos. Según teólogos “una de las hipótesis dice que los reyes magos eran más de cuatro y que provenían de Persia, algo que muchos historiadores dedujeron por la descripción de sus trajes. Este lunes, como marca la tradición, a primera hora millones de chicos irán a ver qué fue lo que les dejaron en sus zapatos con un poco de pasto y agua para los camellos y una cartita con el pedido. La idea es que los Reyes Magos cumplan con algo o simplemente dejen lo que quisieran o pudieran regalar, tal como hicieron cuando, guiados por la estrella de Belén, fueron a adorar al Mesías llevándole tres obsequios: oro, incienso y mirra. El oro es un símbolo de la realeza, el incienso es por la divinidad y la mirra se empleaba para embalsamar a los muertos. La tradición conserva el rito de hacer obsequios a los niños, agasajándolos cada 6 de enero.
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