Según científicos de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Pensilvania (este de Estados Unidos), este tratamiento
permitió que la enfermedad remitiera un año hasta la fecha en dos de
los tres pacientes investigados, que sufrían de leucemia en una etapa
avanzada.
La modificación genética de las células T, un tipo de glóbulos blancos que integran el sistema inmunitario, demostró ser eficaz contra la leucemia linfocítica crónica, la forma más común de cáncer de sangre, de acuerdo con un estudio experimental publicado el miércoles.
Según científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (este
de Estados Unidos), este tratamiento permitió que la enfermedad
remitiera un año hasta la fecha en dos de los tres pacientes
investigados, que sufrían de leucemia en una etapa avanzada.
El tercero sufrió una recurrencia de la enfermedad después de cuatro meses, pero en forma atenuada.
Esta
terapia podría aplicarse también contra otros cánceres, como el de
pulmón, el de ovario y el melanoma, indicaron los investigadores.
El tratamiento consistió en eliminar las células T en
los pacientes enfermos y modificarlas genéticamente de manera de
atacar de forma selectiva a las células cancerosas, todas portadoras de
una determinada proteína, y salvar a la gran mayoría de las células
sanas del cuerpo.
Los investigadores también programaron las
células T para acelerar su multiplicación. Luego, inyectaron estas
células modificadas a sus pacientes, que fueron tratados previamente
con quimioterapia.
"En tres semanas, los tumores fueron destruidos con una eficacia nunca vista hasta ahora", dijo el doctor Carl June,
profesor de patología en el Centro Oncológico Abramson de la
Universidad de Pensilvania, autor principal de este trabajo publicado
en la revistas New England Journal of Medice y Science Translational
Medicine.
"Fue mucho más eficaz de lo que esperábamos",
dijo el científico, quien destacó que las células T modificadas
genéticamente, que llamó "asesinas seriales", destruyeron casi un kilo
(910 gramos) de tumor en cada paciente.
Los resultados de este
ensayo clínico piloto contrastan fuertemente con las terapias
existentes para el tratamiento de este tipo de leucemia, según los
autores del estudio.
Estos tres pacientes tenían pocas opciones de
tratamiento. Otra de las alternativas era un trasplante de médula
ósea, un procedimiento que requiere de una larga hospitalización y
tiene un riesgo de mortalidad del 20%.
Además, el trasplante no
presenta más que 50% de posibilidades de recuperación. "Este nuevo
tratamiento tiene el potencial de ofrecer las mismas posibilidades de
cura, pero con mucho menos riesgo", resumió David Porter
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