El hipocampo, una estructura cerebral de nombre
mitológico y que es un engranaje central de la maquinaria de la memoria,
puede haber revelado uno de los mecanismos de la formación de
recuerdos.
En un trabajo que hoy publica nada menos que la revista Science
, investigadores del Laboratorio de Plasticidad Neuronal del Instituto
Leloir probaron en ratones que las neuronas "recién nacidas" (las que se
crean no durante el desarrollo embrionario, sino en el cerebro adulto)
reaccionan de forma diferente a las maduras frente a los estímulos: son
menos selectivas y se activan más fácilmente. Esto, especulan, les
permitiría asociar dos o más recuerdos cercanos en el tiempo.
Dado que el hipocampo es una estructura conservada a lo
largo de la evolución y similar en todas las especies de mamíferos, el
hallazgo ayuda a entender los procesos de neurogénesis que, con la
prolongación de la expectativa de vida, se encuentran en el centro de
interés de la medicina y agrega una nueva pieza al complejísimo
rompecabezas que nos hace humanos.
"Aunque en las escuelas todavía se enseña que las
neuronas sólo se crean durante el desarrollo temprano, y si se mueren,
no se reemplazan, hoy sabemos que hay un lugar en el que incluso en
humanos nacen nuevas neuronas a lo largo de toda la vida: el giro
dentado del hipocampo -explica Antonia Marin-Burgin, primera autora del
trabajo que también firman Lucas Mongiat, María Belén Pardi y Alejandro
Schinder-.
¿Se generan nuevas neuronas sólo para reemplazar las que van muriendo naturalmente o es que éstas otorgan, en sí mismas, propiedades singulares de procesamiento de información? Lo que acabamos de descubrir es que, durante una etapa de su desarrollo, estas neuronas «bebé» tienen un umbral de activación diferente; es decir, se excitan incluso ante estímulos mucho más débiles que los que «despiertan» a las neuronas maduras."
¿Se generan nuevas neuronas sólo para reemplazar las que van muriendo naturalmente o es que éstas otorgan, en sí mismas, propiedades singulares de procesamiento de información? Lo que acabamos de descubrir es que, durante una etapa de su desarrollo, estas neuronas «bebé» tienen un umbral de activación diferente; es decir, se excitan incluso ante estímulos mucho más débiles que los que «despiertan» a las neuronas maduras."
El hipocampo, una región de la corteza cerebral que (en ratones)
comprende alrededor de un millón de neuronas, es algo así como la "mesa
de entrada de la memoria", un lugar en el que se forman, pero no se
almacenan los recuerdos.
"Si a alguien le falta esta parte del cerebro [o la tiene
dañada], no puede adquirir nuevas memorias -explica Marin-Burgin-, como
lo muestra el célebre caso del paciente que en la literatura científica
se conoce como HM: luego de que por accidente sufriera la destrucción
del hipocampo, podía recordar lo anterior a ese hecho, pero no lo que
ocurrió después."
Primera estación
Según explica Pardi, el hipocampo es la "primera parada"
de la información que llega al cerebro desde nuestros sentidos y por eso
tiene tanta relación con la memoria espacial. A los científicos les
interesaba especialmente ver qué pasaba con estas células nerviosas
cuando ya estaban conectadas, pero todavía seguían teniendo propiedades
de neurona inmadura. "Encontramos que, efectivamente, procesan la
información de forma diferente -dice Marin-Burgin, investigadora que
regresó al país hace tres años, después de una década en Alemania y los
Estados Unidos-. Son mucho más fáciles de activar."
Para entender cómo se manifiesta esta singularidad
celular en el plano del comportamiento, hay que tomar en cuenta el
funcionamiento del hipocampo en su conjunto.
Trabajos in vivo muestran que menos de un 5% de
las neuronas están activas durante una tarea de exploración. "Cuando un
roedor recorre un espacio, distintos grupos de neuronas maduras se
activan en diferentes lugares de la jaula -explica Mongiat-. En cambio,
la población de neuronas jóvenes se activa en todos los lugares de la
misma manera. Esta propiedad, que sólo conservan durante dos semanas de
su desarrollo, aproximadamente, podría permitirles tener un rol
fundamental en la asociación de recuerdos cercanos."
En todo momento, el hipocampo tiene neuronas en distintas
etapas de maduración. La hipótesis de los investigadores es que
mientras un evento en la vida de un individuo activa cierto grupo de
neuronas maduras y un estímulo diferente, otro, las jóvenes se
"encienden" en ambos casos y esto permitiría establecer un vínculo entre
las dos experiencias.
El trabajo describe, además, algunos de los mecanismos
que explicarían por qué estas neuronas inmaduras son más activas: a
diferencia de lo que ocurre en el resto del tejido nervioso, en el que
la excitación y la inhibición van juntas, en las "neuronas recién
nacidas" la inhibición es más lenta y llega tarde para bloquear la
excitación, detalla Marin-Burgin.
"Esto ocurre justamente porque todavía se están conectando, no están completas", dice Pardi.
La neurogénesis adulta ocurre durante toda la vida, pero
declina con la edad. Sin embargo, puede modularse; por ejemplo, aumenta
con el ejercicio físico. "Si a los ratoncitos uno los pone a correr,
tienen muchísimas más neuronas nuevas que los que no corren", cuenta
Pardi. Y agrega Mongiat: "Al contrario, el estrés conspira contra la
generación neuronal".
Conocer estos mecanismos, dicen los científicos, es
fundamental para entender los fenómenos de neurodegeneración que se dan
en etapas avanzadas de la vida y diseñar estrategias para reparar el
tejido nervioso..
Fuente: La Nación
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