Cultura popular:“Reyes del Juego, alfiles de la guerra”

En la vida, se presentan momentos que nos quedan grabados en la mente y que jamás podremos olvidar. No recuerdo precisamente cuando fue la primera vez que fusione algunas letras intentando escribir. Tampoco recuerdo la primera vez que pude leer. Sin embargo, a pesar de mis 4 años de edad, tengo en mi memoria como un hecho inmortal, la primera vez que estuve frente a un tablero de ajedrez.

Por Mauricio Benitez.
mauriciobenitez.jp@gmail.com
En el 2007, tuve el honor de ser entrenador de la delegación argentina de ajedrez, en el marco del XVIII Festival Panamericano de la juventud de este juego ciencia, disputado en Medellín, Departamento de Antioquia, Colombia.
En algunas oportunidades, hay personas que se encuentran destinadas a congeniar. Es así, que durante el Festival, conocí a quien hoy es mi hermano, y a quien le debo un afecto muy particular: Diego Londoño.
Diego, es periodista y actualmente está estudiando en la Universidad pontifica bolivariana de Medellín, la licenciatura en Psicología.

Durante la competencia, fui entrevistado en dos ocasiones por él. La primera, para una radio regional, en donde describí la preparación de la delegación argentina. Y la segunda, en la televisión. Un hecho histórico. No por la nota en sí, sino porque fue la primera vez que se transmitía en vivo, en Colombia, una partida de ajedrez.
Ese encuentro, definiría la categoría sub-16, entre el oriundo de Isidro Casanova, Nicolás Mayorga (Argentina) y el GM (Gran Maestro) Emilio Córdova (Perú). Sinceramente, todo parecía indicar que Emilio era el candidato a quedarse con el título, por su gran trayectoria y porque era el jugador con más ELO (puntaje internacional) de todas las categorías. Además, el peruano había obtenido hace muy poco tiempo la distinción de Gran Maestro Internacional de Ajedrez (Máxima coronación para un amante del juego)
Recuerdo, esa tarde antioqueña, recuerdo los nervios, recuerdo la esperanza de llevarnos a La Matanza un campeón. Esa tarde, la ansiedad y la emoción nos persuadieron a retiramos antes de la ciudad deportiva de Medellín (espacio físico dónde transcurría el campeonato). Horas más tarde, escucharíamos, en el Hotel Nutíbara, golpear fuertemente la puerta de nuestra habitación. Detrás de ella, se encontraba el reciente campeón Panamericano de ajedrez: el matancero, Nicolás Mayorga.
Durante principios del 2011, emprendí viaje en búsqueda de contacto con el sentir latinoamericano, desde Buenos Aires, pasando por algunos países, y con destino final en Medellín. Allí, Diego me hospedo en su hogar durante algunas largas semanas, y tuve el inmenso placer de conocer a su madre, que también es la mía: Doris Galeano.
Jamás me he sentido tan cómodo lejos de mi ciudad. Ella, fue el personaje más divertido y encarnó el afecto más sincero que obtuve durante ese viaje. Jamás olvidaré, mi última noche en Medellín, cuando con su picardía juvenil, la misma que derrocha a diario, me pregunto: ¿Y ahora con quién voy a reírme tanto? Con Dorís no nos despedimos, ya que partió por la mañana con su grupo de caminantes arrieros. De todas formas, hay personas que jamás podrán despedirse.
Hace algunas semanas, Diego presento su primer libro, “Reyes del Juego. Alfiles de guerra”, en el mercado Europeo. Cuando supe de esta noticia, quise compartir este acontecimiento con ustedes. Personalmente es un orgullo, ya que pude apreciar el esfuerzo, sacrificio y dedicación que Diego emprende cada día.
A continuación, Diego nos acerca una descripción sobre su libro.

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