Yerba buena

La bebida mas consumida por los argentinos vive su gran momento, con el descubrimiento de sus propiedades antioxidantes.

Esta hierba sudamericana, introducida por los guaraníes de Paraguay y la Argentina, era empleada por los aborígenes para purificar la sangre, combatir la fatiga y restaurar el color del cabello. Para ellos, funcionaba como un elixir reconfortante que les brindaba fuerza y energía.
El mate –que según una encuesta de la consultora Gea Research For Strategy está presente en el 98 por ciento de los hogares argentinos– es saludable porque tiene polifenoles, que funcionan como antioxidantes.
Además, es una fuente natural de energía, por eso actúa como estimulante tan valioso en horas de trabajo o estudio.
La yerba mate contiene vitaminas A, C, E, B1, B2 y B compuesta, magnesio, calcio, hierro, sodio, potasio, manganeso, fosfato, sulfuro, ácido hidroclórico y clorofila. Y, por si fuera poco, es además digestiva, energizante, cicatrizante y astringente, y reconstituyente de la piel. Se extrae de un arbusto y luego se procesa para su comercialización. Los principios activos más valiosos para la piel son los que contiene la hoja: 
unas sustancias tónicas, reafirmantes y estimulantes de la circulación sanguínea llamadas xanthinas que, por su capacidad para disolver las grasas, las convierte en un elemento altamente recomendable para incluir en tratamientos específicos para la celulitis y la adiposidad localizada. Además, sus 25 polifenoles combaten los radicales libres que provocan los procesos de oxidación y así defienden a la célula del envejecimiento y la destrucción. ¿El plus? Por ser un producto íntegramente natural, no provoca reacciones adversas.
Fuente: La Nación

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