13 DE JUNIO DIA DEL ESCRITOR

Fuente: Diario Democracia
Fue instituido por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en homenaje al nacimiento de Leopoldo Lugones, quien fue su fundador y primer presidente
Lugones nació en el año 1874 en el pueblito cordobés de Villa María de Río Seco, en el seno de una familia de ascendencia colonial.
Estudió en la ciudad de Córdoba. Desde joven se desempeñó como periodista, profesión de la que vivió, como así también de exiguos sueldos como empleado de Correo, Inspector de Enseñanza y Director de la Biblioteca del Maestro.
Su vida se caracterizó por una eterna búsqueda de conceptos y concepciones que satisficieran sus aspiraciones espirituales y sus inquietudes literarias.
Esta búsqueda lo llevó a cambios permanentes en cuanto al género y estilo literario utilizado, y a profesar ideologías extremas y muchas veces contradictorias.
No temía admitir sus errores, ni modificar sus ideas si existía convencimiento.
Así desde su colaboración en el periódico anticlerical “El pensamiento libre” pasó a un socialismo enfervorecido y un romanticismo universal, para luego adoptar una postura liberal amplia, posteriormente a una posición conservadora, para llegar por fin a un fuerte nacionalismo y un acercamiento a la fe católica, que se ve reflejado en su obra póstuma “Romances del Río Seco” (1938), en donde sus versos imitan formas populares.
Nunca deja de escribir. 

Además de un inigualable poeta ( “Las montañas de oro”-“Lunario sentimental”-“Las horas doradas”-etc.),  fue historiador (“Historia de Sarmiento”-“Elogio a Ameghino”-“Roca”-etc.), ensayista (“Mi beligerancia”-“La grande Argentina”-etc.), crítico literario (“El payador”-“Martín Fierro”-etc.), pedagogo (“La reforma educativa”-“Didáctica”-etc.), matemático (“El tamaño del espacio”), novelista (“La guerra gaucha”), y cuentista (“Cuentos fatales”-“Las fuerzas extrañas”-etc.).
Escribió sobre botánica, zoología, sectas, movimientos filosóficos, etc. Tradujo obras del griego, latín, inglés, francés, italiano, árabe, portugués, etc. etc…
En su búsqueda, y en su transitar político llegó a ser portavoz del Gral. José F. Uriburo en el Golpe de Estado de 1930 que derrocó a Hipólito Irigoyen y que sentó las nefastas bases de la “politización militar” que signaría al país en adelante, y que estallaría violentamente en la década del 70´.
Tal vez esta fue su última gran equivocación, la desilusión que la misma le trajo fue uno de los detonantes que lo llevó a suicidarse tomando un vaso de wisky y cianuro el 19 de febrero de 1938 en El Tigre. Esto puede inferirse de su nota de despedida: “Pido que me sepulten en la tierra y sin ningún signo ni nombre que me recuerde. Prohíbo que se dé mi nombre a ningún sitio público.
Nada reprocho a nadie. El único responsable soy yo, de todos mis actos”.
Deja como “guardián” de su obra a su hijo, “Polo”. Pero éste no aprendió de los arrepentimientos del padre, y desde su puesto de comisario se convirtió en un torturador en la época de la represión y en el inventor de la “picana eléctrica”. Terminaría suicidándose de un tiro en la cabeza en una fecha cercana al de la muerte de su padre.
No queda otra forma de terminar este recuerdo más que resaltando la inmensa tarea escrita de Leopoldo Lugones, a quien la crítica internacional lo considera una de las mayores figuras literarias que ha dado la Argentina, y no olvidando que no se debe temer al cambio, siempre que sea superador, ni tampoco se debe temer retroceder cuando se ha errado.
Lo inconcebible es que luego de errar no se tenga el valor de enfrentar las consecuencias o de intentar, por lo menos, remediar el daño.
Pero a modo de colofón vale recordar la reconciliadora frase de Diderot: “El hombre es un conjunto de fuerzas y debilidades, de luz y de ceguera, de pequeñez y de grandeza”.

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