Defensor a ultranza del voluntarismo, un vecino de Ramos Mejía logró junto a un grupo de amigos rotarios reunir 200 mil textos para repartir en escuelas y bibliotecas donde hacían falta.
En el depósito situado en San Justo donde llegó a reunir unos 200 mil libros producto de donaciones realizadas tras una campaña organizada por rotarios de Ramos Mejía, José María Santagata narra tras otra distintas anécdotas de maestros y bibliotecarios que se acercaron a ese galpón para retirar sin costo alguno la cantidad de textos que necesitaran para sus escuelas y bibliotecas, muchas situadas en barrios humildes.
"He visto a mujeres llorar de alegría por llevarse para sus escuelas libros que buscaron durante horas en las montañas de ejemplares que colmaban el galpón", destacó Santagata, de 52 años, casado y padre de tres chicos de 22, 20 y 11 años, a HISTORIAS DE VIDA, en el lugar facilitado por la Municipalidad de La Matanza para permitir semejante acopio.
"Un día nos propusimos con los amigos del Rotary Club de Ramos Mejía Sur pedir donaciones de libros y cuando nos quisimos acordar habíamos enviado unos 32.000 mails a todo el mundo. La respuesta fue que en poco tiempo recibimos decenas de containers que nos permitieron recolectar unos 200 mil libros que repartimos en escuelas, jardines de infantes, bibliotecas y merenderos de La Matanza, incluso en colegios privados", sintetizó Pepe, tal como lo conocen en los barrios que recorre.
Es que Pepe tiene un concepto definido de lo que es tenderle una mano a quien lo necesita y de lo que bien puede dar testimonio su familia, acostumbrada a convivir con las bolsas de ropa donadas por los vecinos que después Santagata se encarga de distribuir en comedores y merenderos. Lo singular es que ese rubro de la actividad cotidiana, se suma al que desarrolla entre sus ocupaciones como administrador de propiedades, rotario, dirigente político y conductor de un programa periodístico.
"Mi vida es sencilla y no me sobra nada pero le asigno un valor importante al voluntarismo", señaló quien considera que "las acciones solidarias se pueden replicar a bajo costo".
Hijo de un padre socialista y una madre de extracción peronista que mucho sufrieron en los tramos finales de la dictadura las incursiones de su hijo en la política universitaria, Pepe llegó a ser candidato en 2007 a diputado nacional por la Coalición Cívica y en 2011, a concejal de La Matanza, por el FAP.
"Todas las mañanas cuando me despierto, en mi mesa de luz hay un cartel que reza 'Ciencia-Justicia-Trabajo' que marca mi manera de entender la vida" explicó, al tiempo que se definió como un "animal político" que considera al voluntarismo como subsidiario de la política.
Días de radio
Pepe sufrió un tremendo sacudón cuando un delicado cuadro de salud lo obligó literalmente a arrancar de cero. Sin embargo pudo ponerse de pie y si bien no culminó la carrera de Derecho y dejó atrás lo mucho que aprendió cuando estudió teatro con Carlos Gandolfo, se recompuso y siguió dando batalla.
Incluso ahora conduce los jueves de 20 a 21 en una AM de Tapiales el programa 'La otra voz'en el cual le da micrófono a expresiones políticas y del tercer sector que, subraya, " no tienen espacio'. Y así anda Pepe por la vida, "a mil" y motivado por aquel cartel que cada día relee como leiv motiv al despertarse, antes de repartir ropa, pisar la tierra de los barrios pobres y entregar los libros a los que algunos chicos jamás accederían.
Fuente: Diario Popular
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