Malos hábitos que te hacen engordar, ¡erradicalos!

Fuente: InfoNews
 El problema no es que comés mucha cantidad o comida grasosa, en realidad, esos kilitos de más que nunca pudiste bajar son la consecuencia de malas costumbres alimenticias
 Seguí los 6 consejos que Ahguapas te acerca y vas a ver cómo el flotador desaparece.
Comer cuando no tenés hambre
Hay veces que comemos porque estamos aburridas, ansiosas o simplemente para hacer algo. En estos casos, debemos parar por un minuto y pensar si realmente estamos comiendo por necesidad o si lo hacemos para erradicar algún sentimiento poco placentero. Para no caer en la tentación de comer porque sí, lo mejor será hacer actividades que nos distraigan al menos un rato como salir a dar una vuelta, leer algo o escuchar música.
Saltearse la comida
Si te despertás y no desayunás antes de salir de casa, es casi seguro que en el almuerzo vas a estar famélica y te vas a devorar hasta la comida de tu amiga. Hay una razón por la cual los nutricionistas aconsejan comer hasta seis veces al día y es que el metabolismo responde mejor y no necesitamos comer grandes cantidades, ya que el hambre se sacia al tener las comidas tan cercas una de la otra. Las comidas que por nigún motivo se deben saltear son el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Entre medio de esas cuatro, podemos picotear cereales, frutas o yogures decsremados.
Comer haciendo otra cosa
Esas galletitas o las papas fritas que comés mientras mirás Dr. House o mientras estás frente a la computadora leyendo mails, son una ingesta de calorías totalmente innecesarias. Si comés mientras estás haciendo cosa, nunca vas a reconocer cuándo estás realmente llena. Podés reemplazar estos snacks por mate, jugos de fruta o de sobrecito diet o té helado (¡con un toque de limón es ri-quí-si-mo!)
Calorías líquidas
A no dejarse engañar por las gaseosas que dicen ser “zero” y “light”, o los jugos frutales, que en realidad tienen más azúcar que el flan de la abuela. Hay que tener en cuenta que todo lo que ingerimos – sea sólida o líquido – repercute en nuestro organismo. Además, la desventaja de tomarse una gaseosa es que no te llena, al contrario, hace que cada vez quieras tomar más y más.

No incluir suficientes frutas y verduras
Aunque estés comiendo canelones, pizza, pasta o tarta, siempre hacete una ensalada para acompañar. Vas a comer menos del plato principal y te vas a sentir llena mucho antes ya que las verduras y frutas tienen muchos nutrientes y fibras que te sacian sin ingerir demasiadas calorías. Entre comida y comida, podés elegir una fruta para calmar el hambre y no llegar tan desesperada a la cena.
Hacer ejercicio
Sí, ya sabemos que a nadie le gusta ir al gimnasio a transpirar la remera mientras ese morocho divino te relojea, pero no es necesario ir al gym para moverte un poco. Podés caminar donde sea y como sea, lo importante es moverse. También podés (de vez en cuando) subir y bajar la escalera en vez de tomar el ascensor. Todo suma.
 . Seguí los 6 consejos que Ahguapas te acerca y vas a ver cómo el flotador desaparece. 
Comer cuando no tenés hambre
Hay veces que comemos porque estamos aburridas, ansiosas o simplemente para hacer algo. En estos casos, debemos parar por un minuto y pensar si realmente estamos comiendo por necesidad o si lo hacemos para erradicar algún sentimiento poco placentero. Para no caer en la tentación de comer porque sí, lo mejor será hacer actividades que nos distraigan al menos un rato como salir a dar una vuelta, leer algo o escuchar música.

Saltearse la comida
Si te despertás y no desayunás antes de salir de casa, es casi seguro que en el almuerzo vas a estar famélica y te vas a devorar hasta la comida de tu amiga. Hay una razón por la cual los nutricionistas aconsejan comer hasta seis veces al día y es que el metabolismo responde mejor y no necesitamos comer grandes cantidades, ya que el hambre se sacia al tener las comidas tan cercas una de la otra. Las comidas que por nigún motivo se deben saltear son el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Entre medio de esas cuatro, podemos picotear cereales, frutas o yogures decsremados.

Comer haciendo otra cosa
Esas galletitas o las papas fritas que comés mientras mirás Dr. House o mientras estás frente a la computadora leyendo mails, son una ingesta de calorías totalmente innecesarias. Si comés mientras estás haciendo cosa, nunca vas a reconocer cuándo estás realmente llena. Podés reemplazar estos snacks por mate, jugos de fruta o de sobrecito diet o té helado (¡con un toque de limón es ri-quí-si-mo!)

Calorías líquidas
A no dejarse engañar por las gaseosas que dicen ser “zero” y “light”, o los jugos frutales, que en realidad tienen más azúcar que el flan de la abuela. Hay que tener en cuenta que todo lo que ingerimos – sea sólida o líquido – repercute en nuestro organismo. Además, la desventaja de tomarse una gaseosa es que no te llena, al contrario, hace que cada vez quieras tomar más y más.

No incluir suficientes frutas y verduras
Aunque estés comiendo canelones, pizza, pasta o tarta, siempre hacete una ensalada para acompañar. Vas a comer menos del plato principal y te vas a sentir llena mucho antes ya que las verduras y frutas tienen muchos nutrientes y fibras que te sacian sin ingerir demasiadas calorías. Entre comida y comida, podés elegir una fruta para calmar el hambre y no llegar tan desesperada a la cena.

Hacer ejercicio
Sí, ya sabemos que a nadie le gusta ir al gimnasio a transpirar la remera mientras ese morocho divino te relojea, pero no es necesario ir al gym para moverte un poco. Podés caminar donde sea y como sea, lo importante es moverse. También podés (de vez en cuando) subir y bajar la escalera en vez de tomar el ascensor. Todo suma.

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